Empresarios de diferentes sectores coincidieron en que el nuevo mundo globalizado y la fuerte incursión de la tecnología obligan a un cambio de enfoque en los negocios: pensar más en los clientes y en cómo mejorar su experiencia de consumo.

«En el futuro todas las empresas se van a comportar como las compañías de software», aseguró Nicolás Jodal, creador de Genexus (firma especializada en el desarrollo de aplicaciones y la marca uruguaya más registrada en el mundo). Señaló que cada vez cobran más importancia los activos digitales por sobre los físicos.

En un evento organizado ayer por CPA Ferrere titulado «Tiempos difíciles, decisiones acertadas», Jodal analizó esta tendencia junto al empresario agropecuario Marcos Guigou (director de ADP – Agronegocios del Plata); el gerente general de shopping y terminal Tres Cruces, Marcelo Lombardi; y el vicepresidente del Frigorífico San Jacinto, Gastón Scayola.

«Lo que ustedes debaten nosotros ya lo vivimos hace 25 años», dijo a sus interlocutores Jodal y explicó que la única forma de concretar innovaciones que brinden valor agregado al negocio es experimentando. Por esto, indicó que a futuro todas las empresas deberán contar «con algún mecanismo de experimentación», ya que «pueden haber buenas ideas pero hay que saber si funcionan en la práctica».

El moderador del evento, Bruno Gili (socio de CPA Ferrere y CPA Innovation) dijo que en este nuevo contexto mundial «cada vez más, uno le brinda servicios al cliente» y no productos. Recordó una frase del teórico del marketing Seth Godin: «No pensemos clientes para el producto, encontremos productos para el cliente».

En la misma línea, Jodal subrayó que las nuevas tecnologías brindan más poder al cliente, que «pasa a ser más importante que los proveedores». Como ejemplo de esta ponderación, mencionó los casos de la aplicación de transporte Uber o la inmobiliaria Airbnb donde los usuarios destacan la experiencia de consumo por encima de cualquier otro aspecto.

 

Igualmente, el creador de Genexus dijo que «prestarle atención al cliente» no significa preguntarle qué quiere, sino inventarle algo que desee o necesite. Ejemplificó esto con la conocida frase de Henry Ford (creador del automóvil moderno): «Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido».

Ante la abundancia de oferta tecnológica para incorporar a la industria, Guigou advirtió «que hay que saber elegir y aprovechar ese mundo de cosas para ser más eficientes».

Mientras que Scayola destacó el rol de la tecnología «para conocer las nuevas tendencias» del negocio y los clientes, como forma de «defensa y diferenciación de la competencia». Señaló el caso de Uruguay que ante la demanda internacional de «carne más saludable» desarrolló el sistema de trazabilidad.

Otro tema que analizó el panel fue el mercado laboral y las políticas de capital humano. La abogada de Ferrere, Verónica Raffo, indicó que losmillennials — generaciones nacidas entre 1980 y 2000— «buscan más flexibilidad, trabajar por encargo o proyectos» y también trascender más allá del éxito económico. «No podemos armar equipos sin pensar qué quiere la gente para trabajar», añadió. Jodal marcó la importancia de crear grupos diversos (en edad, gustos, ideas y demás): «En la práctica, esto quiere decir que me voy a ir re-caliente (luego de una reunión con el equipo de trabajo) porque me discuten todo».

Mientras que Lombardi mostró otra visión desde su sector, ya que analizó que hay industrias «que no requieren de talentos» sino que necesitan una estructura solida para convivir con la rotación de personal.

En el cierre, tras una hora y media de debate, Gili sentenció que «será alto» el precio a pagar por aquellas industrias que no logren adecuarse al nuevo entorno dominado por la globalización y la tecnología.

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